viernes, 22 de febrero de 2008

Los Poderes del Alma












Emuna

Emuná es el estado espiritual asociado con la experiencia interna de la más elevada de las tres "cabezas" de keter, la Reisha d'lo Itiadá ("la cabeza incognoscible").

Emuná es la conexión esencial o "pacto" entre Israel y Dios. Dice un dicho jasídico:

La "fe simple" (emuná peshutá) del "judío simple" (iehudí pashut) lo conecta con "la unidad simple (absoluta)" (ajdut peshutá) del Atzmut de Dios (La esencia, por encima de la revelación de Su luz infinita, or ein sof ). Toda alma judía hereda su fe de los patriarcas y matriarcas del pueblo judío en general, y de Abraham, el primer creyente, en particular. Como rasgo hereditario, emuná está siempre presente en el alma de cada judío, aunque no necesariamente en forma conciente.

La función de Moisés, (presente en cada generación), es mantener y reforzar la conciencia de la fe de Israel, y consecuentemente la identidad judía, a través de alimentarla con la sabiduría de la Torá: Gracias a Moisés, se le dio maná al pueblo de Israel. En la Torá, aparece por primera vez escrito como "man hu", cuyas letras conforman también la palabra "emuná".

La predisposición innata del judío de entregar su vida completamente al servicio de Dios, y hasta sacrificar la vida por Su causa, es la expresión esencial de su emuná en el Creador.


Taanug
PLACER

Taanug es el estado espiritual asociado, en particular, con la segunda cabeza de keter, la Reisha d'Ain ("la cabeza de la nada"). En general, taanug es la fuerza vital, el "fluido" o "aguas vivientes" de todos los poderes del alma. En particular, taanug, que representa el partzuf interno de keter (Atik Iomín), sirve para motivar y dirigir la razón (el deseo supra conciente), que representa el partzuf externo de keter (Arij Anpín).

Hablamos de taanug neelam (el placer oculto o inconciente), en contraste con el taanug murgash (el placer que se siente); y el taanug pashut (el placer simple, es decir, la experiencia del placer puro o serenidad, desligado de todos los otros poderes del alma), en contraste con el taanug murkav (placer compuesto, es decir, el placer inherente en la experiencia de los otros poderes del alma). La sabiduría de la Torá, deriva en definitiva del estado de taanug Divino, como es expresado por el Rey David en los Salmos (119:77): "Si no fuera por Tu Torá que es mi deleite (shaashuim), me hubiera perdido en mi aflicción"; y por su hijo el Rey Salomón, en Proverbios (8:30): "Y Yo (la Torá, hablando en primera persona) fui Su deleite (shaashuim) cada día...".


Taanug neelam

Placer oculto

Taanug murgash

Placer sentido

Taanug pashut

Placer simple

Taanug murkav

Placer Compuesto


Ratzón
VOLUNTAD o DESEO

Ratzón es el estado espiritual asociado con la inferior de las tres cabezas de keter, la Reisha d'Arij ("la cabeza extendida").

Con respecto al poder de voluntad, está dicho: "nada puede contra la (propia fuerza de) voluntad", y "no hay nada tan poderoso como la voluntad".

En el partzuf de Arij Anpin (el partzuf exterior de keter que representa el poder general de voluntad del alma), el "origen de la voluntad" es asociado con su "corona" o su "cráneo", conocido como la gulgalta. A este nivel, "no hay una causa (racional) para la voluntad". De todas maneras, en la sabiduría intrínseca de Arij Anpin, conocida como moja stimá ("cerebro oculto"), existe "un motivo oculto (no expresable) de la voluntad".

El nivel superior de la voluntad, de naturaleza totalmente suprarracional, sirve para controlar y dirigir (desde arriba y prescindiendo de) todos los poderes concientes y racionales del alma, comenzando por el intelecto, la base espíritual de la propia racionalidad. El nivel inferior de la voluntad, que posee una racionalidad oculta, es el origen de la fuerza que tiene el alma, de perseguir intencionalmente aquellos objetivos racionales seleccionados por la mente. El primero es denominado ratzón lemaala mitaam v'daat, (voluntad o deseo por encima de cualquier motivo o razón), y el segundo como ratzón al pi taam v'daat, (voluntad o deseo que tiene algún motivo).

La ratzón Divina, encuentra su expresión esencial en los mandamientos que le fueron dados a Israel en la Torá. En nuestro servicio Divino, cuando cumplimos devotamente los mandamientos de Dios, sólo porque son la expresión de Su voluntad esencial (l'maala m'taam v'daat), nos conectamos con el primer nivel de la voluntad de Dios. Con nuestras intenciones concientes, basadas en los secretos y misterios que se nos revelan en la cabala, respecto de los efectos espirituales de cada mandamiento en particular, nos conectamos con el segundo nivel de la voluntad de Dios.


Bitul
"AUTOANULACIÓN" o "DESINTERÉS"

Bitul es el estado espiritual asociado con la experiencia interna de jojmá, por medio de la cual, la propia conciencia se abre al flujo continuo de sabiduría Divina y a nuevas comprensiones, cuando uno anula su sentido de ser autónomo y autosuficiente. Es la experiencia de ain, de ser nada dentro del resplandor omnipresente de la luz infinita de Dios. En general, se pueden identificar dos niveles de bitul:

  1. Bitul b'metziut ("anulación existencial"), constituye la forma absoluta de bitul, en el cual uno pierde todo sentido de existencia independiente. Este es el estado de bitul en el mundo de Atzilut, cuya conciencia, permeada por el nivel supremo de Jojmá (Abba mekanen b'Atzilut, "el Padre como se denomina en Atzilut), es exclusivo de la omnipresencia de Dios.
  2. Bitul haiesh ("anulación del ego") constituye una forma inferior de bitul, por medio del cual uno se involucra, concientemente, en el proceso de anulación de la capa externa del ser (ego). Esto se lleva a cabo, con el esfuerzo concentrado en experimentar que la continua recreación de la realidad, incluyendo a uno mismo, es "algo de la nada". Así se produce una imagen en nuestra conciencia, de que no existe una realidad independiente conectada con nuestro sentimiento de ser "algo". Este es el estado de bitul presente en los tres mundos inferiores de Beriá, Ietzirá y Asiá, y su experiencia conciente depende de nuestro servicio Divino. La conciencia Divina en los tres mundos inferiores, deriva de jojmá de maljut d'Atzilut, que conocemos como jojmá inferior, que lleva a elevarnos al nivel inferior de bitul.


Simjá
ALEGRÍA

Simjá es el estado espiritual asociado con la sefirá de biná. Proviene de la satisfación espiritual de tener éxito en la comprensión de una idea, y relacionarlo con las propias emociones, (despertando una respuesta emocional). Está dicho de la "madre" (biná): "la madre de los niños está alegre".

La simjá de la maternidad se desarrolla en etapas progresivas.

Primero está la simjá del casamiento, que se extiende en la alegría de la expectativa por el embarazo (un estado mental que realmente facilita la concepción).

Luego sigue la simjá de concebir, que se extiende durante el embarazo, en la alegría de esperar el nacimiento.

Finalmente, "la madre de los niños está alegre", por los chicos que alumbró, y aumenta su alegría en vistas a un futuro de criarlos y ayudarlos a crecer.

Vemos entonces, que mientras que cada etapa de simjá se inicia con un nivel particular de realización o logro, siempre se dirige con expectativa hacia el próximo nivel.

En cabala, la simjá de biná (llamada en el Sefer Ietzirá omek ajarit, "profundidad del futuro"), es identificada con la simjá del mundo por venir.

Los tres niveles descriptos de simjá corresponden a las tres festividades de la Torá, que fueron dadas al alma de judía para que pueda experimentar verdadera simjá en su servicio Divino.

La simjá de Pesaj, es la de los desponsales y la consecuente expectativa por la concepción; la entrega de la Torá a Israel en Shavuot, genera la simjá de la concepción que conlleva la expectativa del nacimiento; y la simjá de Sucot representa la alegría del nacimiento y la dedicación a la crianza de la familia para vivir con la Torá (Simjat Torá ). Ver jedvá.


Festividad

Etapa de Simjá

Pesaj

Desponsales

Shavuot

Concepción

Sucot

Nacimiento

Simjat Torá

Crianza de la Familia


Ijud
UNIFICACIÓN

Ijud describe la unificación de dos cuerpos o almas, el volverse uno. Sobre la creación de Adán y Eva, está dicho (con referencia a toda la futura humanidad: "Y él se aferrará a su esposa y se volverán una sola carne" (Génesis 2:24). Subsecuentemente, esta unión es descripta como un acto de daat: "Y Adán conoció a su esposa Eva" (Génesis 4:1).

El poder de ijud (tanto en el plano espiritual como en el físico) es entonces visto como arraigado en nuestro poder de daat, la habilidad de reconocer las propias decisiones, y establecer con él/ella un entendimiento auténtico. Ijud es entonces el proceso de "volver a juntar", las dos mitades perdidas de lo que fue inicialmente una entidad única.

Las cavanot (intenciones) de la cabala, son conocidas como ijudim, ya que ellas intentan efectuar unificaciones entre las múltiples dimensiones de la realidad (comenzando con las del reino Divino de Atzilut mismo). La intención de que todos los actos que uno realiza sean "en aras del cielo", es conocida como ijud hamaasé ("la unificación de la acción"). Ver Iabok.


Ahavá
AMOR

Ahavá es el estado espiritual asociado con la sefirá de jesed. Ahavá es el poder esencial de "crecimiento" inherente en la existencia. Dios creó el mundo con amor, y lo sostiene con amor.

La experiencia de ahavá comienza con un sentido de atracción y ser conducido hacia otro, que continúa creciendo y expandiéndose hasta que uno y el ser amado son virtualmente abarcados en el proceso de aferrarse uno al otro. El amor es un vector o canales de atracción de fuerza.

Existen trece de esos vectores (ahavá = 13), correspondientes a los 13 estados espirituales asociados con las sefirot:

  • el amor de Dios por Israel.
  • el amor de Israel por Dios (el origen de este par de amores se conoce como ahavá rabá, el "gran [e infinito] amor").
  • el amor del maestro por su discípulo.
  • el amor del discípulo por su maestro.
  • el amor entre discípulos (el origen de estos tres amores es el amor de la Torá).
  • el amor del marido por su mujer.
  • el amor de la mujer por su marido.
  • el amor entre amigos (el origen de esos tres amores es el amor de Israel.
  • el amor de los padres por su niño/a.
  • el amor del niño/a por sus padres.
  • el amor entre hermanos (el origen de estos tres amores es el amor de la tierra de Israel, la conexión física eterna entre las generaciones).
  • el amor del rey por sus súbditos.
  • y el amor de un súbdito por su rey (el origen de este par de amores se conoce como ahavat olam, "amor mundano [finito]).

Nuestro amor por Dios se expresa en tres fases crecientes: con todo tu corazón, con toda tu alma, y con toda tu fuerza" (Deuteronomio 6:5). Estas tres fases se reflejan en todos los niveles descriptos antes (el espectro completo de los 13 vectores de amor, que manifiestan sus cinco orígenes generales).

El versículo: "y amarás a Havaiá, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza", tiene 39 letras (así como el versículo completo, que contiene la siguiente frase de 13 letras: "y amarás a tu prójimo como a ti mismo"). Y 39 = 3 x 13 (las tres fases de cada uno de los 13 amores), que equivalen a Havaiá (26) Ejad (13), "Havaiá es Uno" (Deuteronomio 6:4).


Irá
TEMOR

I es el estado espiritual asociado con la sefirá de guevurá. Contrastando con el deseo inicial de dar derivado de ahavá, innato en el corazón, irá expresa el sentimiento profundo de preocupación y temor, de que lo que uno da, caiga en manos de un receptor indigno, que pueda hacer de eso un mal uso en forma destructiva.

Ievoca guevurá, el poder necesario para rechazar e incluso luchar contra fuerzas destructivas y negativas.

Los dos poderes de ahavá e irá, intentan complementarse uno al otro y actúan en pareja, como las dos manos del cuerpo, en su esfuerzo mancomunado por construir, o como las alas de un pájaro para elevarse en su vuelo. En un sentido más general, irá representa la propia sensibilidad frente a la presencia del otro. La sensibilidad, da origen a la consideración de los sentimientos de los demás y el respeto por ellos (como en la expresión irat hakavod, temor respetuoso). Mientras que ahavá produce atracción y unión, irá se para desde lejos con temor respetuoso.

En relación a Dios, hay muchos niveles de irá: irat haromemut (sobrecogimiento frente a la presencia de la exaltada Divinidad infinita), irat hamaljut (frente a la presencia del reinado Divino), e irat haonesh (miedo al castigo). Este último nivel no es completamente "puro" en cuanto a su motivación (porque no presenta a Dios como el objeto directo del propio temor), sino más bien deriva de la kelipat noga (cáscara transparente o neutra) de la experiencia de la propia alma, que encierra una mezcla de bien (porque imposibilita pecar), y mal (porque ensombrece nuestra conciencia con pensamientos que derivarían en consecuencias dañinas).

Irat haromemut

Sobrecogimiento frente a la presencia de la exaltada Divinidad infinita

Irat hamaljut

Temor frente a la presencia del reinado Divino

Irat haonesh

Miedo al castigo


Rajamim
MISERICORDIA

Rajamim es el estado espiritual asociado con la sefirá de tiferet. Rajamim sigue a los atributos de ahavá e irá, como el poder de sintetizar sus aparentemente dos fuerzas opuestas, el deseo de dar y la voluntad de retener.

Ahavá ve todo como potencial receptor de su benevolencia.

I procede a juzgar a cada potencial receptor, encontrándolo indigno de recibir.

Rajamim es el sentido de la verdadera empatía con las otras almas, en su situación presente en la vida; e incluso si el otro es indigno aparentemente, rajamim penetra por debajo y más allá de esta objetividad relativamente superficial, y lo juzga digno en esencia. Así encontramos la expresión de nuestros sabios de que Dios, en Su juicio de la Creación, se levanta de su trono de juicio severo, y se sienta en el trono de la misericordia.

Si bien la entrega de ahavá y jesed puede ser cuantitativamente mayor que la de rajamim, la de esta es mayor en calidad. Desde rajamim, uno da de su propio ser al otro, porque su empatía hacia él es tan enorme, que él siente que el otro es en esencia una extensión de si mismo. Servir a Dios con el atributo de rajamim significa reconocer siempre a Dios como nuestro "padre misericordioso", y despertar constantemente en nuestra conciencia Su misericordia por nosotros, Sus hijos, para que nos redima de nuestro estado de exilio.


Bitajon

Proximamente


Temimut
SINCERIDAD

Temimut es el estado espiritual asociado con la sefirá de hod. Comprende tres niveles generales:

  • temimut haratzon (sinceridad de voluntad).
  • temimut halev (sinceridad de corazón).
  • temimut hamaasé (sinceridad de acción).

Temimut siempre implica "plenitud". En el servicio a Dios, representa el nivel de completa voluntad que uno tiene de cumplir Sus deseos. Este nivel de emoción es relativamente makif ("rodea" por naturaleza), y no penetra necesariamente en el dominio interior del alma y sus emociones, que son directamente responsables de nuestras acciones físicas.

A nivel del corazón, temimut representa la total "seriedad" de nuestra experiencia en el esfuerzo devoto por servir a Dios.

A nivel de la acción, representa la intención de empeñarse y dedicarse "sensatamente" a cumplir meticulosamente con cada uno de los detalles de los mandamientos de Dios. En general, el jasidismo enseña que de todas las emociones del corazón, temimut, en todos sus aspectos, es un regalo innato de Dios al alma judía, el atributo más "difícil" de conseguir a través del esfuerzo conciente.

Temimut:

representa:

haratzón

Deseo de cumplir la voluntad de Dios

halev

Esfuerzo serio y devoto por servir a Dios

hamaasé

Empeño en cumplir cada detalle de los mandamientos de Dios.

Así como temimut implica "plenitud", también implica "simplicidad". Es el atributo esencial del "judío simple". (Notemos que hod es la raíz de la palabra Iehudí, judío). En la Torá aparece como una expresión idiomática junto con el verbo "caminar". El pie izquierdo (asociado a la sefirá de hod ), que "controla" el poder de caminar" (como establece el Sefer Yetzirá). Con temimut, el judío anda en el camino de Dios, y en esencia camina con El.


Emet
Verdad

Emet es el estado espiritual asociado con la sefirá de iesod.

En las palabras de nuestros sabios: "el sello de Dios es la verdad". Las letras finales de las tres palabras con que se concluye el relato de la Creación: bará Elokim laasot ("Dios creó para hacer" [Génesis 2:3]), forman la palabra emet.

Dios creó la realidad para "hacer", y es interpretado por los sabios, que es algo que nos incumbe a nosotros, las criaturas de Dios, completar lo "hecho" (es decir rectificar), Su Creación.

Emet, cuyas tres letras se refieren al comienzo, el medio y el final del alef-bet, significa la real "verificación" ("final" o "rúbrica"), y realización de la voluntad primordial de Dios (el "principio") en la Creación. (Emet en su sentido intelectual, representa el plan de Dios para la existencia, el cual sigue a Su voluntad y precede a Su rúbrica, que corresponde a la etapa "intermedia" de emet).

Como una emoción espiritual del alma, emet es entendida como la experiencia de la "conducta" menos impulsiva del alma, el final de una búsqueda creativa, para "hacerla realidad" (verdad). Emet, entonces, entraña la experiencia de la autorrealización en todos los emprendimientos de nuestra vida.

El tzadik ("el fundamento del universo", conocido como "tzadik emet") es aquel al que se le confirió el poder de "decretar" que Dios realice y cumpla en la realidad, todas las buenas promesas que hizo a Israel. El potencial interior de cada uno y uno de los judíos, es llegar a ser tal tzadik emet.

Así, emet es el poder de realizar nuestro potencial más profundo, que es de hecho el poder del alma judía, y que lleva a la realización definitiva del potencial de Dios.


Shiflut
HUMILDAD

Shiflut es el estado espiritual asociado con la sefirá de maljut.

Al contrario de bitul ("autoanulación"), que es el estado espiritual asociado con jojmá, shiflut no implica la negación del ser, sino más bien la experiencia de la propia "bajeza" existencial, estar "muy alejado" de Dios. En shiflut, uno experimenta un estado innato de pecado, como David (el alma arquetípica de maljut atributo interno de shiflut) expresa en los Salmos (51:7): "y en pecado fui concebido por mi madre".

Como un sagrado atributo de la Torá, que sirve para conectar la conciencia de uno con Dios, se dice de shiflut: "Dios se me aparece desde la distancia". La verdadera esencia de Dios es revelada al alma que, en shiflut, se siente a si mismo "muy alejado", más que a aquel que se siente "cerca".

Shiflut es la máxima fuente de motivación del alma para volver en teshuvá a Hashem. El salmo de David citado arriba, es la expresión quinta esencial de teshuvá en la Biblia. El Baal Shem Tov (un descendiente de David), enseña que el principio de todo servicio Divino, es experimentar una identificación existencial con todas las criaturas más bajas de la tierra, diciéndose a si mismo: "todos ellos cumplen fielmente las intenciones que Dios tiene para con ellos, ¡sería yo capaz de hacer lo mismo!".

En proporción directa a su estado existencial de shiflut (cuya raíz shefel significa "bajamar"), el verdadero rey es capaz de manifestar ese estado de "nobleza" (geut, "pleamar"), necesario para regir constructivamente a su pueblo, (ambos términos shefel y geut, equivalen exactamente de acuerdo a su guematria).

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