sábado, 23 de febrero de 2008

Las Tres Unciones












Dios quiere que seamos líderes que obtenga resultados y hagan un impacto sobre nuetro mundo! Pero, ¿cómo podemos ser esa clase de líder?

Ni educación, ni las habilidades especiales le darán a tu ministerio el poder que debe tener para transformar las vidas de las gentes. ¿Qué podrá transformarlas?

La completa unción del Espíritu Santo únicamente confiere la unción función. celestial que necesita para cumplir su

Dios nos ha hecho "reyes y sacerdotes para nuestro Dios" (Apocalipsis 1:6). Él quiere que tengamos el poder de reyes y la pureza de sacerdotes. Es vital que experimentemos Su unción a plenitud a fin de tener eso.

En este estudio, te mostraré cómo "la unción" traerá liberación, fortaleza y salvación al pueblo de Dios.

Cristo en griego (y Mesías en hebreo) significa "El Ungido". Jesús introdujo Su ministerio al proclamar: "El Espíritu del Señor es sobre mí, por cuanto me ha ungido para predicar… sanar… pregonar libertad… a los ciegos vista… poner en libertad…" (Lucas 4:18). Jesús aclaró que era porque el Espíritu del Señor le había ungido que podía estar capacitado para tener un ministerio efectivo. La misma regla se aplica a ti y a mí.

Isaías habló acerca del poder de liberación de la unción en las siguientes palabras: "El yugo se empobrecerá por causa de la unción" (Isaias 10:27). Hay un hermoso coro basado sobre este versículo que dice así:

Por medio de la unción Jesús destruirá el yugo.
Por medio del Espíritu Santo y poder,
como lo anunciaron los profetas.
Este es el día de la lluvia tardía.
Dios se está moviendo con poder nuevamente,
Y la unción romperá el yugo.

Esta es la verdad, Debemos tener el Espíritu Santo dentro de nosotros e impartir la unción plena para dirigir al pueblo de Dios y cumplir Su Voluntad en nuestra generación.

¿Cuál es esa unción? ¿Qué tiene que decir la Biblia acerca de ella? ¿Cómo ha venido sobre los líderes en las generaciones pasadas?

LAS TRES UNCIONES
Aprendemos acerca de tres unciones diferentes en el Antiguo Testamento:

• La unción del LEPROSO
• La unción del SACERDOTE
• La unción del REY.

La Unción Del Leproso
La lepra era la enfermedad más aterradora de la antigua Palestina. Esa horrible condición consumía lentamente la carne de sus víctimas indefensas. Ocasionalmente, los dedos de los pies y otras extremidades morían, se pudrían y se despegaban de sus partes.
El leproso desafortunado era expulsado de su comunidad. A fin de prevenir que otros se acercaran a ellos, los leprosos tenían que dar aclamaciones por donde quiera que iban, diciendo: "¡INMUNDO, INMUNDO!" La víctima de esa enfermedad horrible, sólo podía esperar una muerte lenta, dolorosa y prematura.

La lepra es un tipo y sombra de pecado; una lección objetiva gráfica, por medio de la cual el Espíritu Santo representa, de manera dramática, el efecto consumidor y espantoso del pecado en la vida de una persona. La lepra deja ver el pecado y la verdadera naturaleza de Satanás. "El ladrón [Satanás] viene… para robar y matar y destruir…" (Juan 10:10).

La lepra, así como Satanás y el pecado, robará nuestras vidas, matándonos y destruyendo nuestro ministerio eventualmente.

La Ley De La Limpieza. Uno se pregunta el porqué Moisés delineó reglas tan elaboradas para la limpieza del leproso y su restauración. Después que tales reglamentos fueron hechos, no hubo un caso de sanidad de lepra en un israelita en todo el Antiguo Testamento. ¿Por qué entonces hizo Dios que Moisés escribiera las reglas?

La razón tal vez se debió a que Dios tenía una lección "oculta" de naturaleza "espiritual" en tales reglas para nuestra enseñanza. Examinemos los detalles en el capítulo 14 de Levítico.

Las reglas que fueron prescritas por Moisés para declarar al leproso limpio y curado, son un cuadro del Antiguo Testamento para la limpieza del pecado en el Nuevo Testamento a través de Jesucristo. Todos los elementos de la experiencia de nuestra salvación están allí.

1) Derramando La Sangre. Un ave llevando la culpa del pecado, el derramamiento y aplicación de la sangre (la cual representa el sacrificio de Jesús derramando Su sangre para pagar la culpa de nuestro pecado).

2) Arrepentimiento Y Confesión. El arrepentimiento, confesión (lo cual representa lo que debemos hacer para ser justificados, o para ser declarados justos cuando nacemos de nuevo).

3) Derramar Agua. (Simboliza el bautismo en agua).

4) La Unción Con Aceite. (Tipifica la obra del Espíritu Santo en la experiencia de nuestra salvación).

La Ley De La Limpieza Aplicada A Nuestras Vidas
1) Arrepentirnos (tornarnos del pecado y la rebelión hacia Dios, a la obediencia de Su Palabra).

2) Confesar Nuestros Pecados a Dios y recibir Su perdón. Si hacemos esto de corazón sincero, somos salvos (sanados) del pecado.

3) Ser Bautizados. Entonces, tenemos que obedecer a Jesús al aceptar ser bautizados en agua.

4) Experimentamos La Unción Del Espíritu Santo que da testimonio junto a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios (Ro 8:16).

Unción Con Aceite. Ungir significa colocar aceite o consagrar por medio de la aplicación de aceite. Después que el leproso era sano y obedecía las reglas de la limpieza, se presentaba ante el sacerdote levita para ser ungido con aceite.

El aceite en el Antiguo Testamento era símbolo del Espíritu Santo. Cuando se ungía a una persona con aceite, se estaba representando el bautismo en el Espíritu Santo sobre un creyente en Cristo para un propósito específico.

El leproso, una vez contaminado por la lepra, cuando era librado y limpiado de sus efectos, era ungido con aceite para mostrarle que había sido completamente restaurado para ocupar su lugar como miembro de la familia de Israel.
Todo pecador experimenta la unción del leproso cuando nace de nuevo del Espíritu. "Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios…" (Jn 3:5).

Todo el que cree en Jesús y somete la manera de su vivir al Señorío divino, de seguro que experimentará una medida del aceite de la unción del Espíritu Santo. Romanos 8:9 dice: "Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de él". 1 Corintios 12:3 agrega: "Y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo".

Estas Escrituras confirman que nadie puede en realidad nacer de nuevo sin experimentar alguna medida de la obra del Espíritu Santo.

Cuando somos bautizados en el Espíritu Santo, hay una unción más plena, la cual, discutiremos con más detalles en la sección de este capítulo sobre la unción del rey. Tal unción es distinta de la obra principal de la salvación. No obstante, ambas envuelven la operación y ministerio del Espíritu Santo.

1) Tres Áreas De La Vida Afectadas. "Y tomará el sacerdote de la sangre de la victima por la culpa, y pondrá el sacerdote sobre la ternilla de la oreja derecha del que se purifica, y sobre el pulgar de su mano derecha, y sobre el pulgar de su pie derecho.

Asimismo tomará el sacerdote del log de aceite… y pondrá sobre la ternilla de la oreja derecha… y sobre el pulgar de su mano derecha, y sobre el pulgar de su pie derecho, sobre la sangre de la expiación por la culpa… lo que quedare del aceite… pondrá sobre la cabeza del que se purifica…" (Lv 14:14-18).

Es importante notar que la sangre del sacrificio y el aceite de la unción fueron colocados sobre el oído, mano y pie. Esto nos muestra que nuestra salvación y experiencia de unción (nuestra sanidad de lepra del pecado) afecta tres importantes áreas de nuestras vidas:

a) Oír - Nuestro oir de la voz de Dios (nuestros oídos)

b) Servicio - Nuestro servicio para nuestro Salvador (nuestras manos)

c) Caminar - Nuestro andar con Él (nuestros pies)

Si no escuchamos la voz de Dios (lea el Capítulo 2), nuestro servicio no será fructífero. Si no seguimos a Jesús en el servicio, nuestro andar con el Señor no será colmado.

Necesitamos la sangre para que limpie nuestro oir, nuestro servicio y nuestro andar. Necesitamos la unción del Espíritu Santo para escuchar, para servir y para andar como debemos. Tanto la sangre de Jesús como la unción del Espíritu Santo son partes necesarias de nuestra "gran salvación" (He 2:3).

La Unción Del Sacerdote
En los capítulos 29 y 30 de Éxodo y el capítulo 8 de Levítico aprendemos acerca de la consagración de Aarón y sus hijos para el sacerdocio.

Consagración Al Sacerdocio. Como en el caso de la unción del leproso, los tipos y símbolos del plan de salvación se encuentran en las reglas que se aplican a lo que es ser apartados (santificados) para el ministerio sacerdotal.

1) Sacrificio De Cordero Sin Mancha. Aarón y sus hijos entraron por la puerta del Tabernáculo de Moisés y se detuvieron frente al altar de bronce. Allí, derramaban la sangre de un cordero sin tacha y sin defecto como una ofrenda por el pecado. Por medio de ese sacrificio, recibían el perdón de la culpa del pecado, cuya paga es muerte (Ro 6:23). Esto es representativo de la experiencia del nuevo nacimiento o la justificación.

2) Lavamiento Con Agua. Después, se movían hacia el lavadero de bronce donde se lavaban completamente. Aquí experimentaban exoneración de su contaminación, del hábito o poder del pecado. Esto corresponde a lo que debe suceder en el bautismo del creyente en las aguas.

3) Vestiduras Sacerdotales Y Unción Con Aceite. Luego, pasaban a la puerta de la "congregación en el tabernáculo" donde recibían sus vestiduras sacerdotales. Esta ceremonia concluía con su unción en aceite. Éxodo 30:30 declara: "Ungirás también a Aarón y a sus hijos, y los consagrarás para que sean mis sacerdotes".

b. Unción Para Santidad. Concerniente al uso del aceite santo de la unción, el versículo 29 explica: "Con él ungirás el tabernáculo del testimonio… y los utensilios de adoración, y serán cosas santísimas, todo lo que tocare en ellos, será santificado".

Es claro, en los versículos anteriores, que cualquier cosa que el aceite de la unción tocara, era santo. Cuando Moisés derramó aceite sobre la cabeza de Aarón y sus hijos, fueron santos ante Dios.

Esta fue una unción para la santidad, en otras palabras, para ser apartado para el servicio de Dios por medio de vivir pía y justamente. Así que, la unción sacerdotal nos enseña: consignarnos a la justicia y a la manera santa de vivir después de que hemos nacido de nuevo.

Desde ese tiempo en adelante, todos los sacerdotes eran ungidos para ser santificados de la misma manera. Había muchas cosas que un sacerdote no podía hacer debido a la santidad de su oficio. Debido a su unción, muchas cosas podían contaminar a un sacerdote, las cuales, puede que no contaminaran a otros.

1) Apartados Para El Señor. Esta ceremonia fue la que separó a Aarón y sus hijos totalmente para el sacerdocio de Dios. Ellos fueron santificados para tal oficio. Donde la unción del leproso tipificó nuestra justificación, la unción sacerdotal representó nuestra separación para el servicio del Señor y para una vida santa.

Apocalipsis 1:6 dice: "Y nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios y su Padre…". 1 Pedro 2:9 dice: "… vosotros sois… real sacerdocio…". El creyente en Jesucristo ha sido llamado a andar ante Dios como un sacerdote santo.

2) Pureza Y Poder. Escuché, años atrás, al pío Obispo Synab decir: "¡Cuándo comenzamos a hablar a Dios acerca del PODER, Él empieza a hablarnos acerca de PUREZA!" ¡Cuán cierto es esto!

Tenemos que ser salvos no sólo de la culpabilidad del pecado, sino también de su contaminación, hábito y control sobre nuestras vidas. "… y llamarás su nombre Jesús [que significa libertador], porque él salvará a su pueblo de sus pecados" (Mt 1:21).

Algunos predicadores dicen: "Somos salvos en pecado". La Biblia dice que somos salvos del pecado. Somos salvos, ¡NO PARA PECAR! No somos salvos para hacer del pecado una práctica. "El que hace pecado, es del diablo…" (1 Jn 3:8).

¡Oh, cuánto necesitamos esta unción sacerdotal hacia la santidad! "Dios, te suplicamos que derrames sobre nosotros tal unción de manera ilimitada." Si no vamos a ser destruidos por Su poder en operación, entonces tenemos que tener su pureza expresada a través de nosotros.

La Unción Del Rey
La tercera unción en el Antiguo Testamento, es la unción del Rey. La unción del primer rey de Israel, Saúl, es descrita con las siguientes palabras: "Tomando entonces Samuel una ampolla de aceite, derramándola sobre su cabeza [la de Saúl], y besándolo, le dijo: ¿No te ha ungido Jehová por capitán sobre su heredad?" (1 S 10:1).

Leemos acerca de la segunda ocurrencia cuando David fue ungido rey para reemplazar a Saúl. "Envió pues él [Isaí, el padre de David], e introdújolo [a David]; el cual era rubio, de hermoso parecer y de bello aspecto. Entonces Jehová dijo: Levántate y úngelo, que este es.

Entonces Samuel tomó el cuerno del aceite, y ungióle de entre sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová tomó a David" (1 S 16:12, 13).

a. Impartir Poder Y Autoridad. La unción del rey impartirá el poder y autoridad del oficio de rey. Con esa unción, el Espíritu de Dios vino sobre el rey a fin de que pudiera gobernar al pueblo de Dios: Israel.
El cumplimiento de la autoridad y poder del Nuevo Testamento que resultó de la unción del rey, se encuentra en Hechos 1:8: "Mas recibiereis la virtud del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros". El Bautismo con el Espíritu Santo, es claramente el duplicado de la UNCIÓN DEL REY en el Nuevo Testamento.

"Y fueron todos llenos del Espíritu santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, como el espíritu les daba que hablasen… y los apóstoles les daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con gran esfuerzo [poder]… y muchos milagros y prodigios eran hechos por los apóstoles en el pueblo…" (Hch 2:4; 4:33; 5:12).

Las Tres Unciones Hablan De...


Estas tres unciones que hemos visto en el Antiguo Testamento hablan de:

a. Justificación: hemos sido perdonados

b. Santificación: pureza de corazón

c. Autoridad Y Poder:
Dios quiere que nosotros disfrutemos del fruto de las tres uncionesla Biblia quienes disfrutaron de esa "triple unción" o "plena unción".
en nuestras vidas y ministerio. Examinemos algunos hombres en

EJEMPLOS DE UNCIÓN TRIPLE
1. Melquisedec
"Tu fortaleza será renovada de día en día… Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec" (Sal 110:3, 4).

Bajo el orden de Moisés, uno tenía que ser miembro de la tribu de Leví a fin de poder ser un sacerdote. Cuando Jesús vino, nació de la tribu de Judá, de donde tendrían que venir los reyes. (Lea Génesis 49:8-10).

¿Qué derecho tenía Jesús (o usted y yo) al ministerio sacerdotal? Él vino de la tribu equivocada.

El Apóstol Pablo resolvió este dilema en su epístola a los hebreos. Él les explicó que el ministerio sacerdotal de Jesús (así como el nuestro) estaba basado en el precedente establecido por el orden sacerdotal de Melquisedec. (Lea Hebreos 7).

Melquisedec es uno de los personajes más misteriosos en la literatura bíblica. Su nombre en hebreo significa: "Rey de justicia". El también era el rey de la ciudad conocida como Salem (más tarde llamada Jerusalén, que en hebreo significa "Ciudad de Paz"). Así que, podemos deducir que él era Rey de Paz y Rey de Justicia.

Fue además Sacerdote del Dios Alto, quien bendijo a Abraham después de que regresó de su victoria sobre los reyes que se habían llevado cautivos a su sobrino Lot y familia (Gn 14:18-20). Melquisedec funcionó como profeta, sacerdote y rey. Como tal, era un ejemplo perfecto (tipo o representación profética) del Rey Mesías por venir: Jesús.

¿Qué hizo que Melquisedec fuera profeta, sacerdote y rey? La unción que había sobre su persona. "Funcionó en la unción". Dios hizo a Melquisedec lo que fue, al ungirlo.

Y esa es la misma forma en la que Jesús, nuestro sumo sacerdote, profeta y rey, funciona. Esa es además la autoridad por medio de la cual todo hombre lleno del Espíritu de Dios opera. Nosotros ejercemos derechos o privilegios proféticos, sacerdotales y reales (de rey) únicamente por virtud de la unción.

Moisés
Moisés fue otro hombre que disfrutó de esa "unción triple". Dios usó a Moisés para liberar a Su pueblo de Egipto. Luego, a través de él, Dios otorgó la ley a Israel. Moisés gobernó sobre los israelitas por cuarenta años. Él pudo hacer tal obra únicamente por la unción especial que llevaba de parte de Dios. Llevaba tanto la unción de profeta-sacerdote como la de rey.

Como sacerdote, intercedía por Israel y los instruía en el camino de la justicia. También gobernó sobre ellos como rey. Su vida se caracterizó por una tremenda unción de poder y dedicación a la oración. Llevó sobre sí una plena unción. Fue un hombre que ejerció los derechos sacerdotales para tener acceso a Dios y también ejerció gran autoridad sobre el pueblo como rey.

Es de especial interés notar que Moisés no recibió el título de "sacerdote", ni de "rey", aunque operó en ambas áreas.

Los Jueces
Los "jueces" fueron hombres y mujeres quienes también recibieron una "unción triple".

Necesito aclarar un malentendido acerca de los jueces. Ellos fungieron como "salvadores", en el aspecto de que ellos salvaron a la nación de sus adversarios. Fueron "libertadores", en el sentido de que libraron a Israel de sus enemigos opresores. Fueron "jueces" únicamente en el sentido de que ellos trajeron juicio y sabio consejo a la nación.

No fueron "jueces" como los que tenemos en las naciones occidentales, quienes se sientan sobre tronos judiciales en las cortes para hacer que los decretos o leyes sean cumplidos.

Después de la muerte de Moisés, Josué y los jueces (libertadores) que le sucedieron recibieron la "triple unción", tanto para liberar a Israel de sus opresores como para traerlos de regreso a la renovación espiritual de sus relaciones con Dios.

Ellos a menudo fungieron como sacerdotes para reconciliar al pueblo con Dios y a Dios con el pueblo. Fungieron como reyes por medio de levantar ejércitos y dirigirlos para sacudir el yugo de la opresión de sus enemigos. No obstante, no recibieron los títulos de "sacerdotes", ni de "reyes". Fungieron como ambos simplemente por la "unción".

A medida que el Espíritu de Dios venía sobre ellos durante tiempos de gran necesidad en Israel, ellos implementaban las acciones que Dios deseaba que ejecutaran.

Este método informal de administrar las cosas, libró al liderato de ser institucionalizado y una carga para la nación. El gobierno institucionalizado y la religión, usualmente han demostrado ser una maldición para la persona común en la nación o la iglesia.

Samuel
Samuel es el último de esa extensa lista de hombres que llevaron la "triple unción" divina. Durante el período de mil años (1,000), desde Melquisedec hasta Samuel, Dios había estado derramando esa "triple unción" sobre los hombres llamados para proveer de liderato a Su pueblo escogido.

Al igual que Moisés, Josué y los jueces antes de él, Samuel fue levantado por Dios para un tiempo especial de gran necesidad en Israel. Samuel, en armonía con lo precedente, no llevó el título de sacerdote o rey. No obstante, la función de un profeta-sacerdote y rey, fueron evidentes en su vida.

Durante el tiempo en el que Israel necesitaba escuchar del Señor, Samuel fue ungido para profetizar. Debido a que el sacerdocio levítico se había corrompido, Samuel ofreció sacrificio e intercedió por el pueblo. También proveyó el liderato que Israel necesitaba tan desesperadamente.

Como Melquisedec, Moisés y muchos de los demás jueces, Samuel ministró bajo la completa unción de profeta, sacerdote y rey.

Estas vidas de hombres ungidos eran santas ante Dios, y sus ministerios llevaban la indisputable autoridad y poder de reyes. También fungieron en el ministerio sacerdotal a medida que eran ungidos por Dios.

No obstante, aquel milenio (1,000 años) estaba por concluir. Los vientos del cambio estaban soplando fuertemente en Israel. El disgusto por el camino de Dios comenzó a socavar la opinión pública. El pueblo muy pronto comenzaría a pedir un cambio que tendría un impacto dramático en la manera en que la unción descendía sobre los llamados.

viernes, 22 de febrero de 2008

Los Poderes del Alma












Emuna

Emuná es el estado espiritual asociado con la experiencia interna de la más elevada de las tres "cabezas" de keter, la Reisha d'lo Itiadá ("la cabeza incognoscible").

Emuná es la conexión esencial o "pacto" entre Israel y Dios. Dice un dicho jasídico:

La "fe simple" (emuná peshutá) del "judío simple" (iehudí pashut) lo conecta con "la unidad simple (absoluta)" (ajdut peshutá) del Atzmut de Dios (La esencia, por encima de la revelación de Su luz infinita, or ein sof ). Toda alma judía hereda su fe de los patriarcas y matriarcas del pueblo judío en general, y de Abraham, el primer creyente, en particular. Como rasgo hereditario, emuná está siempre presente en el alma de cada judío, aunque no necesariamente en forma conciente.

La función de Moisés, (presente en cada generación), es mantener y reforzar la conciencia de la fe de Israel, y consecuentemente la identidad judía, a través de alimentarla con la sabiduría de la Torá: Gracias a Moisés, se le dio maná al pueblo de Israel. En la Torá, aparece por primera vez escrito como "man hu", cuyas letras conforman también la palabra "emuná".

La predisposición innata del judío de entregar su vida completamente al servicio de Dios, y hasta sacrificar la vida por Su causa, es la expresión esencial de su emuná en el Creador.


Taanug
PLACER

Taanug es el estado espiritual asociado, en particular, con la segunda cabeza de keter, la Reisha d'Ain ("la cabeza de la nada"). En general, taanug es la fuerza vital, el "fluido" o "aguas vivientes" de todos los poderes del alma. En particular, taanug, que representa el partzuf interno de keter (Atik Iomín), sirve para motivar y dirigir la razón (el deseo supra conciente), que representa el partzuf externo de keter (Arij Anpín).

Hablamos de taanug neelam (el placer oculto o inconciente), en contraste con el taanug murgash (el placer que se siente); y el taanug pashut (el placer simple, es decir, la experiencia del placer puro o serenidad, desligado de todos los otros poderes del alma), en contraste con el taanug murkav (placer compuesto, es decir, el placer inherente en la experiencia de los otros poderes del alma). La sabiduría de la Torá, deriva en definitiva del estado de taanug Divino, como es expresado por el Rey David en los Salmos (119:77): "Si no fuera por Tu Torá que es mi deleite (shaashuim), me hubiera perdido en mi aflicción"; y por su hijo el Rey Salomón, en Proverbios (8:30): "Y Yo (la Torá, hablando en primera persona) fui Su deleite (shaashuim) cada día...".


Taanug neelam

Placer oculto

Taanug murgash

Placer sentido

Taanug pashut

Placer simple

Taanug murkav

Placer Compuesto


Ratzón
VOLUNTAD o DESEO

Ratzón es el estado espiritual asociado con la inferior de las tres cabezas de keter, la Reisha d'Arij ("la cabeza extendida").

Con respecto al poder de voluntad, está dicho: "nada puede contra la (propia fuerza de) voluntad", y "no hay nada tan poderoso como la voluntad".

En el partzuf de Arij Anpin (el partzuf exterior de keter que representa el poder general de voluntad del alma), el "origen de la voluntad" es asociado con su "corona" o su "cráneo", conocido como la gulgalta. A este nivel, "no hay una causa (racional) para la voluntad". De todas maneras, en la sabiduría intrínseca de Arij Anpin, conocida como moja stimá ("cerebro oculto"), existe "un motivo oculto (no expresable) de la voluntad".

El nivel superior de la voluntad, de naturaleza totalmente suprarracional, sirve para controlar y dirigir (desde arriba y prescindiendo de) todos los poderes concientes y racionales del alma, comenzando por el intelecto, la base espíritual de la propia racionalidad. El nivel inferior de la voluntad, que posee una racionalidad oculta, es el origen de la fuerza que tiene el alma, de perseguir intencionalmente aquellos objetivos racionales seleccionados por la mente. El primero es denominado ratzón lemaala mitaam v'daat, (voluntad o deseo por encima de cualquier motivo o razón), y el segundo como ratzón al pi taam v'daat, (voluntad o deseo que tiene algún motivo).

La ratzón Divina, encuentra su expresión esencial en los mandamientos que le fueron dados a Israel en la Torá. En nuestro servicio Divino, cuando cumplimos devotamente los mandamientos de Dios, sólo porque son la expresión de Su voluntad esencial (l'maala m'taam v'daat), nos conectamos con el primer nivel de la voluntad de Dios. Con nuestras intenciones concientes, basadas en los secretos y misterios que se nos revelan en la cabala, respecto de los efectos espirituales de cada mandamiento en particular, nos conectamos con el segundo nivel de la voluntad de Dios.


Bitul
"AUTOANULACIÓN" o "DESINTERÉS"

Bitul es el estado espiritual asociado con la experiencia interna de jojmá, por medio de la cual, la propia conciencia se abre al flujo continuo de sabiduría Divina y a nuevas comprensiones, cuando uno anula su sentido de ser autónomo y autosuficiente. Es la experiencia de ain, de ser nada dentro del resplandor omnipresente de la luz infinita de Dios. En general, se pueden identificar dos niveles de bitul:

  1. Bitul b'metziut ("anulación existencial"), constituye la forma absoluta de bitul, en el cual uno pierde todo sentido de existencia independiente. Este es el estado de bitul en el mundo de Atzilut, cuya conciencia, permeada por el nivel supremo de Jojmá (Abba mekanen b'Atzilut, "el Padre como se denomina en Atzilut), es exclusivo de la omnipresencia de Dios.
  2. Bitul haiesh ("anulación del ego") constituye una forma inferior de bitul, por medio del cual uno se involucra, concientemente, en el proceso de anulación de la capa externa del ser (ego). Esto se lleva a cabo, con el esfuerzo concentrado en experimentar que la continua recreación de la realidad, incluyendo a uno mismo, es "algo de la nada". Así se produce una imagen en nuestra conciencia, de que no existe una realidad independiente conectada con nuestro sentimiento de ser "algo". Este es el estado de bitul presente en los tres mundos inferiores de Beriá, Ietzirá y Asiá, y su experiencia conciente depende de nuestro servicio Divino. La conciencia Divina en los tres mundos inferiores, deriva de jojmá de maljut d'Atzilut, que conocemos como jojmá inferior, que lleva a elevarnos al nivel inferior de bitul.


Simjá
ALEGRÍA

Simjá es el estado espiritual asociado con la sefirá de biná. Proviene de la satisfación espiritual de tener éxito en la comprensión de una idea, y relacionarlo con las propias emociones, (despertando una respuesta emocional). Está dicho de la "madre" (biná): "la madre de los niños está alegre".

La simjá de la maternidad se desarrolla en etapas progresivas.

Primero está la simjá del casamiento, que se extiende en la alegría de la expectativa por el embarazo (un estado mental que realmente facilita la concepción).

Luego sigue la simjá de concebir, que se extiende durante el embarazo, en la alegría de esperar el nacimiento.

Finalmente, "la madre de los niños está alegre", por los chicos que alumbró, y aumenta su alegría en vistas a un futuro de criarlos y ayudarlos a crecer.

Vemos entonces, que mientras que cada etapa de simjá se inicia con un nivel particular de realización o logro, siempre se dirige con expectativa hacia el próximo nivel.

En cabala, la simjá de biná (llamada en el Sefer Ietzirá omek ajarit, "profundidad del futuro"), es identificada con la simjá del mundo por venir.

Los tres niveles descriptos de simjá corresponden a las tres festividades de la Torá, que fueron dadas al alma de judía para que pueda experimentar verdadera simjá en su servicio Divino.

La simjá de Pesaj, es la de los desponsales y la consecuente expectativa por la concepción; la entrega de la Torá a Israel en Shavuot, genera la simjá de la concepción que conlleva la expectativa del nacimiento; y la simjá de Sucot representa la alegría del nacimiento y la dedicación a la crianza de la familia para vivir con la Torá (Simjat Torá ). Ver jedvá.


Festividad

Etapa de Simjá

Pesaj

Desponsales

Shavuot

Concepción

Sucot

Nacimiento

Simjat Torá

Crianza de la Familia


Ijud
UNIFICACIÓN

Ijud describe la unificación de dos cuerpos o almas, el volverse uno. Sobre la creación de Adán y Eva, está dicho (con referencia a toda la futura humanidad: "Y él se aferrará a su esposa y se volverán una sola carne" (Génesis 2:24). Subsecuentemente, esta unión es descripta como un acto de daat: "Y Adán conoció a su esposa Eva" (Génesis 4:1).

El poder de ijud (tanto en el plano espiritual como en el físico) es entonces visto como arraigado en nuestro poder de daat, la habilidad de reconocer las propias decisiones, y establecer con él/ella un entendimiento auténtico. Ijud es entonces el proceso de "volver a juntar", las dos mitades perdidas de lo que fue inicialmente una entidad única.

Las cavanot (intenciones) de la cabala, son conocidas como ijudim, ya que ellas intentan efectuar unificaciones entre las múltiples dimensiones de la realidad (comenzando con las del reino Divino de Atzilut mismo). La intención de que todos los actos que uno realiza sean "en aras del cielo", es conocida como ijud hamaasé ("la unificación de la acción"). Ver Iabok.


Ahavá
AMOR

Ahavá es el estado espiritual asociado con la sefirá de jesed. Ahavá es el poder esencial de "crecimiento" inherente en la existencia. Dios creó el mundo con amor, y lo sostiene con amor.

La experiencia de ahavá comienza con un sentido de atracción y ser conducido hacia otro, que continúa creciendo y expandiéndose hasta que uno y el ser amado son virtualmente abarcados en el proceso de aferrarse uno al otro. El amor es un vector o canales de atracción de fuerza.

Existen trece de esos vectores (ahavá = 13), correspondientes a los 13 estados espirituales asociados con las sefirot:

  • el amor de Dios por Israel.
  • el amor de Israel por Dios (el origen de este par de amores se conoce como ahavá rabá, el "gran [e infinito] amor").
  • el amor del maestro por su discípulo.
  • el amor del discípulo por su maestro.
  • el amor entre discípulos (el origen de estos tres amores es el amor de la Torá).
  • el amor del marido por su mujer.
  • el amor de la mujer por su marido.
  • el amor entre amigos (el origen de esos tres amores es el amor de Israel.
  • el amor de los padres por su niño/a.
  • el amor del niño/a por sus padres.
  • el amor entre hermanos (el origen de estos tres amores es el amor de la tierra de Israel, la conexión física eterna entre las generaciones).
  • el amor del rey por sus súbditos.
  • y el amor de un súbdito por su rey (el origen de este par de amores se conoce como ahavat olam, "amor mundano [finito]).

Nuestro amor por Dios se expresa en tres fases crecientes: con todo tu corazón, con toda tu alma, y con toda tu fuerza" (Deuteronomio 6:5). Estas tres fases se reflejan en todos los niveles descriptos antes (el espectro completo de los 13 vectores de amor, que manifiestan sus cinco orígenes generales).

El versículo: "y amarás a Havaiá, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza", tiene 39 letras (así como el versículo completo, que contiene la siguiente frase de 13 letras: "y amarás a tu prójimo como a ti mismo"). Y 39 = 3 x 13 (las tres fases de cada uno de los 13 amores), que equivalen a Havaiá (26) Ejad (13), "Havaiá es Uno" (Deuteronomio 6:4).


Irá
TEMOR

I es el estado espiritual asociado con la sefirá de guevurá. Contrastando con el deseo inicial de dar derivado de ahavá, innato en el corazón, irá expresa el sentimiento profundo de preocupación y temor, de que lo que uno da, caiga en manos de un receptor indigno, que pueda hacer de eso un mal uso en forma destructiva.

Ievoca guevurá, el poder necesario para rechazar e incluso luchar contra fuerzas destructivas y negativas.

Los dos poderes de ahavá e irá, intentan complementarse uno al otro y actúan en pareja, como las dos manos del cuerpo, en su esfuerzo mancomunado por construir, o como las alas de un pájaro para elevarse en su vuelo. En un sentido más general, irá representa la propia sensibilidad frente a la presencia del otro. La sensibilidad, da origen a la consideración de los sentimientos de los demás y el respeto por ellos (como en la expresión irat hakavod, temor respetuoso). Mientras que ahavá produce atracción y unión, irá se para desde lejos con temor respetuoso.

En relación a Dios, hay muchos niveles de irá: irat haromemut (sobrecogimiento frente a la presencia de la exaltada Divinidad infinita), irat hamaljut (frente a la presencia del reinado Divino), e irat haonesh (miedo al castigo). Este último nivel no es completamente "puro" en cuanto a su motivación (porque no presenta a Dios como el objeto directo del propio temor), sino más bien deriva de la kelipat noga (cáscara transparente o neutra) de la experiencia de la propia alma, que encierra una mezcla de bien (porque imposibilita pecar), y mal (porque ensombrece nuestra conciencia con pensamientos que derivarían en consecuencias dañinas).

Irat haromemut

Sobrecogimiento frente a la presencia de la exaltada Divinidad infinita

Irat hamaljut

Temor frente a la presencia del reinado Divino

Irat haonesh

Miedo al castigo


Rajamim
MISERICORDIA

Rajamim es el estado espiritual asociado con la sefirá de tiferet. Rajamim sigue a los atributos de ahavá e irá, como el poder de sintetizar sus aparentemente dos fuerzas opuestas, el deseo de dar y la voluntad de retener.

Ahavá ve todo como potencial receptor de su benevolencia.

I procede a juzgar a cada potencial receptor, encontrándolo indigno de recibir.

Rajamim es el sentido de la verdadera empatía con las otras almas, en su situación presente en la vida; e incluso si el otro es indigno aparentemente, rajamim penetra por debajo y más allá de esta objetividad relativamente superficial, y lo juzga digno en esencia. Así encontramos la expresión de nuestros sabios de que Dios, en Su juicio de la Creación, se levanta de su trono de juicio severo, y se sienta en el trono de la misericordia.

Si bien la entrega de ahavá y jesed puede ser cuantitativamente mayor que la de rajamim, la de esta es mayor en calidad. Desde rajamim, uno da de su propio ser al otro, porque su empatía hacia él es tan enorme, que él siente que el otro es en esencia una extensión de si mismo. Servir a Dios con el atributo de rajamim significa reconocer siempre a Dios como nuestro "padre misericordioso", y despertar constantemente en nuestra conciencia Su misericordia por nosotros, Sus hijos, para que nos redima de nuestro estado de exilio.


Bitajon

Proximamente


Temimut
SINCERIDAD

Temimut es el estado espiritual asociado con la sefirá de hod. Comprende tres niveles generales:

  • temimut haratzon (sinceridad de voluntad).
  • temimut halev (sinceridad de corazón).
  • temimut hamaasé (sinceridad de acción).

Temimut siempre implica "plenitud". En el servicio a Dios, representa el nivel de completa voluntad que uno tiene de cumplir Sus deseos. Este nivel de emoción es relativamente makif ("rodea" por naturaleza), y no penetra necesariamente en el dominio interior del alma y sus emociones, que son directamente responsables de nuestras acciones físicas.

A nivel del corazón, temimut representa la total "seriedad" de nuestra experiencia en el esfuerzo devoto por servir a Dios.

A nivel de la acción, representa la intención de empeñarse y dedicarse "sensatamente" a cumplir meticulosamente con cada uno de los detalles de los mandamientos de Dios. En general, el jasidismo enseña que de todas las emociones del corazón, temimut, en todos sus aspectos, es un regalo innato de Dios al alma judía, el atributo más "difícil" de conseguir a través del esfuerzo conciente.

Temimut:

representa:

haratzón

Deseo de cumplir la voluntad de Dios

halev

Esfuerzo serio y devoto por servir a Dios

hamaasé

Empeño en cumplir cada detalle de los mandamientos de Dios.

Así como temimut implica "plenitud", también implica "simplicidad". Es el atributo esencial del "judío simple". (Notemos que hod es la raíz de la palabra Iehudí, judío). En la Torá aparece como una expresión idiomática junto con el verbo "caminar". El pie izquierdo (asociado a la sefirá de hod ), que "controla" el poder de caminar" (como establece el Sefer Yetzirá). Con temimut, el judío anda en el camino de Dios, y en esencia camina con El.


Emet
Verdad

Emet es el estado espiritual asociado con la sefirá de iesod.

En las palabras de nuestros sabios: "el sello de Dios es la verdad". Las letras finales de las tres palabras con que se concluye el relato de la Creación: bará Elokim laasot ("Dios creó para hacer" [Génesis 2:3]), forman la palabra emet.

Dios creó la realidad para "hacer", y es interpretado por los sabios, que es algo que nos incumbe a nosotros, las criaturas de Dios, completar lo "hecho" (es decir rectificar), Su Creación.

Emet, cuyas tres letras se refieren al comienzo, el medio y el final del alef-bet, significa la real "verificación" ("final" o "rúbrica"), y realización de la voluntad primordial de Dios (el "principio") en la Creación. (Emet en su sentido intelectual, representa el plan de Dios para la existencia, el cual sigue a Su voluntad y precede a Su rúbrica, que corresponde a la etapa "intermedia" de emet).

Como una emoción espiritual del alma, emet es entendida como la experiencia de la "conducta" menos impulsiva del alma, el final de una búsqueda creativa, para "hacerla realidad" (verdad). Emet, entonces, entraña la experiencia de la autorrealización en todos los emprendimientos de nuestra vida.

El tzadik ("el fundamento del universo", conocido como "tzadik emet") es aquel al que se le confirió el poder de "decretar" que Dios realice y cumpla en la realidad, todas las buenas promesas que hizo a Israel. El potencial interior de cada uno y uno de los judíos, es llegar a ser tal tzadik emet.

Así, emet es el poder de realizar nuestro potencial más profundo, que es de hecho el poder del alma judía, y que lleva a la realización definitiva del potencial de Dios.


Shiflut
HUMILDAD

Shiflut es el estado espiritual asociado con la sefirá de maljut.

Al contrario de bitul ("autoanulación"), que es el estado espiritual asociado con jojmá, shiflut no implica la negación del ser, sino más bien la experiencia de la propia "bajeza" existencial, estar "muy alejado" de Dios. En shiflut, uno experimenta un estado innato de pecado, como David (el alma arquetípica de maljut atributo interno de shiflut) expresa en los Salmos (51:7): "y en pecado fui concebido por mi madre".

Como un sagrado atributo de la Torá, que sirve para conectar la conciencia de uno con Dios, se dice de shiflut: "Dios se me aparece desde la distancia". La verdadera esencia de Dios es revelada al alma que, en shiflut, se siente a si mismo "muy alejado", más que a aquel que se siente "cerca".

Shiflut es la máxima fuente de motivación del alma para volver en teshuvá a Hashem. El salmo de David citado arriba, es la expresión quinta esencial de teshuvá en la Biblia. El Baal Shem Tov (un descendiente de David), enseña que el principio de todo servicio Divino, es experimentar una identificación existencial con todas las criaturas más bajas de la tierra, diciéndose a si mismo: "todos ellos cumplen fielmente las intenciones que Dios tiene para con ellos, ¡sería yo capaz de hacer lo mismo!".

En proporción directa a su estado existencial de shiflut (cuya raíz shefel significa "bajamar"), el verdadero rey es capaz de manifestar ese estado de "nobleza" (geut, "pleamar"), necesario para regir constructivamente a su pueblo, (ambos términos shefel y geut, equivalen exactamente de acuerdo a su guematria).